Amor ciego que me hace querer con desvelo:

1. Cap. Recuerdo:

Fue una tarde muy calurosa en la que me enamore perdidamente del hombre que he amado en toda mi vida, la verdad lo recuerdo como si hubiese pasado poco tiempo, al caminar por el muelle un fin de semana me encontré con un chico, de mas o menos unos 20 años, cuerpo ejercitado, su tes… era tan… tan… blanca, casi traslucida en realidad me impacto, creí que el mundo se me venia encima al ver que el chico que llevaba unos lentes puestos movió la cabeza quedando con el rostro asía donde yo estaba, ese fue un momento de debilidad; quede totalmente expuesta; sentí como la sangre aceleraba en mi organismo y subía por mi anatomía hasta llegar a mi rostro colocándome las mejillas totalmente rojas, mi corazón se agito y palpitaba a gran velocidad, me quede inmóvil durante un momento hasta reaccionar, baje la mirada con gran vergüenza ya que toda la gente que paseaba a mi alrededor me miraba con cara de preocupación como preguntándose: Que le sucede? Estará bien?, lo próximo que hice fue salir corriendo la verdad no se porque lo hice no tenia motivo alguno, después de todo no había hecho nada malo.

Esa tarde recuerdo transcurrió muy pesada, el ambiente no era el mismo los minutos se me hacían interminables y las horas inmortales, me alivie al ver el ocaso, el sol ya escondiéndose através de los edificios que cubrían el lugar de mi residencia, mi mente vagaba entre pensamientos, no reconocía ninguno todos muy borrosos además de cambiar constantemente, de repente me sentí desmayar mi cabeza me jugaba una mala jugada y todo me daba vueltas, decidí tomarme una aspirina e irme directo a la cama, la realidad era que había quedado de salir con unos amigos pero como había pasado el día y como me sentía no podría salir ni a la esquina de la cuadra, al estar en cama sentí como mi cabeza se calmaba y aliviaba, mi cuerpo que en ese momento era tan pesado como una piedra fue perdiendo tensión al irme relajando y poco a poco fui quedando dormida, mi mente se metía con lentitud en un sueño profundo…

Me desperté a media madrugada, mi corazón cabalgaba en ese momento, me senté recordando, había tenido un sueño en el cual la cara de un hombre se me hacia muy familiar, pero claro como no iba a saber quien era si todo el día anterior me la había pasado pensando en el, baje de mi recamara por agua, mi departamento era muy amplio mis amigos siempre preguntaban que hacia con una gran casa si no podía siquiera ocupar cada cuarto, al regresar lo primero que hice fue ver el despertador; eran las 3:00 de la madrugada, me acosté otra vez acurrucándome entre las cobijas, trate de colocar mi mente en blanco ya que todo lo que venia a mi mente era el rostro de un chico, finalmente me di por vencida y mi mente empezó a pensar, cruzaban imágenes por mi mente sin sentido alguno, estuve pensando eso toda la noche hasta quedarme totalmente dormida.

A la mañana siguiente, me levante como todos los días, fui al baño para mi higiene personal, al terminar baje las escaleras, se me hacia tarde así que salí corriendo tome mi mochila y me dirigí al instituto de la universidad, entraba a clase a las 7:30 de la mañana y ya eran las 7:00 tomando en cuenta los embotellamientos que se hacen en la dirección que tomaba, creo que llegare tarde me dije en mi mente soltando un quejido. Al fin llegue al instituto, entre por la puerta principal del edificio donde recibía clases al ver el reloj de pared que marcaba la 7:55 quede helada al saber que eran casi las 8:00 de la mañana corrí por los pasillos con prisa, toque la puerta antes de entrar diciendo:

-Permiso-y con una sonrisa en mi cara explique-es que me quede dormida esta mañana.

El profesor ladeo la cabeza haciendo un movimiento que respondía mi pregunta y me invitaba a pasar, al cambiar de dirección hacia donde se sentaban mis compañeros note que había una persona nueva el salón de clases, me senté al lado de una de mis amigas que me llamaba con una expresión que realizaba con el rostro. La chica me mira y me pregunta:

-Porque llegaste tarde?-se quedo esperando una pregunta pero como no respondí, me replico-estamos en los terminales, estas loca quieres perder todo por lo que te has esforzado?, por todo lo que haz trabajado.

Me quede perpleja sin saber que decir, Kate es mí mejor amiga yo no le oculto nada, así que le conté toda la verdad, mi amiga me miro y me dijo:

-Estás loca sabías, ni siquiera lo conoces.

-Si pero no estoy diciendo que me enamore, solo fue un juego que me hizo la mente.

El silencio prevaleció y nos dedicamos a ver la clase, al tratar de sacar mi cosas del morral se me callo el lapicero (pluma) cayendo unos puestos a mi derecha, me levante a recogerlo, al tener el lapicero en mi mano me levante, mi sorpresa máxima fue al fijarme muy bien en el chico que tenia en mi frente, era el… el… no podía creerlo mi mente esta vez fue ávida y me dirigí a mi asiento como si nada sucediera, mi cuerpo empezó a transpirar y mi subconsciente enviaba imágenes del día anterior a mi cerebro, toda la clase lo único que pensé fue Que hace el aquí? Al terminar la clase me dirigí a mi casa sin perder tiempo.

2. Cap. Soy Gabriel:

Otro día que recuerdo con mucha nostalgia fue el día en que descubrí algo:

Mi vida se había vuelto rutinaria llegaba a clases y lo único que estaba en mi cabeza era el, mis notas bajaron, al terminar el día huía de lugar, mi amiga no savia nada, al llegar a mi casa lo único que hacia era culparme por ser tan cobarde como para acercármele, al entrar a mi cama lloraba ahogando mis penas en lagrimas.

Una tarde en la que estaba en el parque tratando de librarme de tensiones, sentí una presencia detrás de mí yo que acostada estaba en el césped con la cara hacia el cielo, me voltee par ver de quien se trataba era un chico al quien no reconocí la cara, el sol estaba muy radiante ese día y me segó los ojos lo único que reconocí fue una barita en la mano, de esas que usan los invidentes (personas que no son capaces de ver) parecía que el muchacho tenia problemas, no lo se al parecer trataba de encontrar algo, me dirigí a el y le pregunté:

-Te puedo ayudar en algo?-el chico se quedo creo que pensando ya que mis ojos no se acomodaban a la luz del lugar ahora que había abierto los ojos, pasaron unos segundos y respondió:

-Claro, disculpa no haberte respondido no todos en esta ciudad son amables.

-Te creo-le dije en forma de chiste, luego le volví a preguntar-Así que te ayudo o que?

-Claro-Dijo el muchacho-buscaba una banca en donde sentarme.

-Vamos-le dije tomándole del brazo y dirigiéndonos a la banca que se encontraba a escasos metros de donde estábamos-Ya llegamos.

Ayude a sentar al chico en la banca, al sentarnos me dijo:

-Soy Gabriel-me extendió la mano, lo mismo hice yo estrechándole la suya.

-Yo Sharon-respondí al chico-eres nuevo en la ciudad?

-Si, bueno algo, me mude hace tres meses-mis ojos recuperaban la visión-la verdad es que nací aquí y… quise regresar jeje-río sin ganas y dijo lo siguiente-pero todo es diferente ahora, antes era… todo… colorido; ahora todo es oscuridad-replico con nostalgia.

-Supongo que debe ser muy difícil no poder ver-dije, arrepintiéndome al decirlo.

-Si, la verdad es que si lo es, pero te acostumbras-dijo el muchacho, yo me encontraba viendo asía el suelo, prestando atención-aunque muchas veces, al recordar lo que me paso el día que perdí por completo la visión me siento tan… estupido, todo fue mi culpa!!-Dijo echándose la culpa del asunto.

-Y… fue tan malo-me seniti morir al decir esas palabras, pues claro que era malo perdió la visión tonta me dije en la cabeza. El chico se quedo un rato sin contestar, pero no me atrevía a verle el rostro, aunque savia que no podía ver; la vergüenza era muy grande, finalmente hablo diciendo:

-Es que…

-No! Si no quieres decirlo no lo digas-lo interrumpí.

-Pero… te quiero contar-entonces me calle la boca y empecé a escuchar-todo paso una noche de verano, mis compañeros y yo nos fuimos de fiesta, tomamos hasta decir ya no mas, estábamos muy borrachos no podíamos mantenernos en pie nos íbamos de lado termino la fiesta y decidimos irnos en el coche de un amigo, yo no quería ir prefería agarrar el autobús, pero a esa hora no habían así que decidí irme con ellos, íbamos por la carretera había llovido estaba muy resbaladiza lo próximo que recuerdo fue una luz muy incandescente, al despertar no podía ver nada y empecé a gritar escuche que se acercaban personas me sujetaron para que no pudiera moverme y me sedaron, al día siguiente al despertar me explicaron todo y aquí estoy, la vida a sido muy dura pero quien dice que la mía es la mas pesada, mucha gente daría su vista para tener las mismas posibilidades que yo-yo no sabia que decir, quede desconcertada al escuchar todo eso mis lagrimas salían por mis ojos sin parar.

-Oye te encuentras bien-pregunto el chico dudoso.

-Si-fue lo único que salio de mi boca.

-La vida es muy diferente esta ciudad me gusta, el parque, sus calles, el instituto…

-Vas a un instituto?-pregunte yo.

-Si, quedamos en un acuerdo donde asisto toda la información la tienen que dictar, a cambio de eso pago un poco mas, pero como te contaba, también me gusta la playa mi hermana me lleva todos los sábados además el muelle es un gran lugar para descansar la banca donde me siento siempre es muy cómoda, el olor del mar llega hasta ahí, eso lo hago al regresar de la playa, siempre.

Mi mente se nublo empecé a pensar lo que me había pasado, levante mi vista apresuradamente y mis ojos se encontraron con una persona de piel blanca como la cal, con unas gafas negros, cabello oscuro y labios carnosos y rojizos, empecé a perder color, lo sentía en mi, me mareaba, no sabia que hacer la persona mas bella del mundo estaba frente a mi, el chico del que me había enamorado estaba totalmente… no podía ni pensarlo estaba… ciego, estaba… ciego… mis lagrimas siguieron fluyendo de mis ojos ahora constantemente y con rapidez no sabia que hacer, no sabia que pensar.

-Estas bien?-Pregunto el chico sacándome de mi.

-Si-dije con la voz débil sabiendo que era mentira y que me mentía a mi misma.

-Estas segura? Te escuchas alterada.

-Si, si segura estoy bien-dije ahora más estable-Quieres caminar?-pregunte a Gabriel.

-Claro, tu guíame-me dijo.

Caminamos en silencio un gran rato, en mi mente se encontraba desarrollando la historia que me había contado hace unos minutos. De repente paro de caminar y dijo:

-Me tengo que ir, muchas gracias fue un placer hablar contigo Sharon, oye podría llamarte?, ya sabes desearía tener alguien con quien hablar.

-Si… claro- no podía creerlo iba poder verlo mas seguido aunque fuera solo como amigos-pero te escribo el numero o que?-pregunte incrédula.

-Si escríbelo yo le diré a mi hermana que me lo pase al celular.

-Claro, solo espera un momento-dije sacando una libreta y un lapicero le escribí el numero y se lo entregué-toma, oye pero como te iras a casa?

-Tranquila jaja, puedo solo.

3. Cap. El es el resultado de todo esto:

Me fui a casa con alegría y una gran sonrisa dibujada en el rostro el mundo me pareció ser mucho mejor ahora, ese día salí con mis amigos cosa que no hacia desde hace mucho tiempo, nos fuimos al cine de regreso invite a Kate a quedarse a dormir en casa le dije que tenia muchas cosas que contarle y ella accedió encantada.

Al llegar a casa, cenamos, vimos un televisión un rato y nos dirigimos a la habitación ya listas para dormir, al entrar en la cama Kate me dice:

-Oye Sharon dijiste que tenias que contarme algo, se te nota muy feliz- me dijo mi amiga.

-Si tengo que contarte mucho, así que prepárate-dije advirtiéndole-lo primero que te contare fue esos días en los que parecía un zombie andante, lo que paso fue que, recuerdas lo que te conté la vez pasada cierto?.

-Lo del chico?-Pregunto desorientada.

-Si, el es el resultado de todo esto…

Le conté toda la historia a mi mejor amiga quien quedo sorprendida y a quien se le conmovió el corazón dejando fluir lagrimas por su cara al contarle por lo que había pasado Gabriel, hablamos sobre el tema hasta muy tarde no recuerdo que hora era pero nos dormimos a altas horas de la madrugada.

Al día siguiente mi Kate se fue a su casa temprano ni siquiera desayuno, dijo que tenía asuntos que atender. Mi día transcurría muy normal veía la TV al sonar el celular.

-Halo-respondí al atender la llamada.

-Buenos días-dijo la persona que estaba en la línea-he… Sharon?-pregunto el chico con timidez.

-Si, diga?-Conteste.

-Hola, soy Gabriel- dijo con un hilo de voz, sentí que mi cabeza se salía de mi cuerpo al escuchar ese nombre- oye, podríamos hablar?

-Claro, como no, dime-respondí rápidamente a su pregunta.

-Pero en privado? Por favor- Pregunto el chico.

-Si… si claro, donde nos encontramos?

-Podría ser en tu casa? Es que no quiero estar en la calle el día de hoy.

-Si si-le dicté mi dirección-conoces la calle?

-Si, espérame tratare de llegar rápido.
-OK, hasta pronto-le dije con una gran ilusión en la cabeza de volverlo a ver

Estuve pendiente, cada cierto tiempo me acercaba a la ventana, en una de esas veces en que me asome lo vi venir con su barita moviéndola de un lado a otro tratando de no chocar con nada, me partió el corazón verlo así se veía tan indefenso, tan frágil, baje rápidamente por el ascensor, al llegar a bajo y encontrarme con el, le dije:

-Hola-savia que no me podía ver pero quería saber si reconocería mi voz, quería saber si formaba parte de sus recuerdos.

-Hola Sharon-dijo respondiéndome mientras paraba de caminar, mi pálpito una vez más con brillo al escuchar decir mi nombre a tan lindo hombre.

Subimos al departamento y nos sentamos en el sofá conversando sobre nuestras vidas; vivencias, cosas que nos habían ocurrido, me contó de su familia padres divorciados, dos hermanos, una hermana mayor y un hermanito de 9 años, vivía con su hermana y su hermanito con su madre en otra ciudad, hablamos mucho sin verle fin a la conversación, se hizo tarde y Gabriel tuvo que irse a casa al dejarlo en la entrada del edificio se despidió de mi, al llevarlo del brazo le fue muy fácil encontrar mi mejilla y darle un beso dulce.

-Espero sigamos reuniéndonos.

Yo también lo espero me dije a mi misma por dentro.

Estuvimos saliendo por varios meses salíamos a la heladería, cenábamos, al parque, la playa nos divertíamos mucho juntos éramos inseparables, pero seguíamos siendo solo amigos y me dolía no ser algo mas.

Una tarde me llevo a su casa, para que conociera a su hermana, la chica era muy agradable hablábamos de nuestra amistad del instituto, de la vida de lo que pudiéramos. La chica que se llamaba Susi me llevo a la cocina por que tenia que hablar algo con migo, me dijo:

-Oye Sharon, pareces una gran chica pero no se si sepas lo que le pasa a mi hermano así que te lo voy a decir…

-Que le pasa a Gabriel?!-pregunte un poco alterada interrumpiéndola, no podía soportar que la idea que le sucediera otra cosa.

-Espera no he terminado, Gabriel últimamente esta muy feliz y creo que la causa de eso eres tu y te lo agradezco, pero Sharon te juro, pero te lo juro por lo mas importante en mi mundo que es mi hermano que si tu le llegas a hacer daño a Gabriel o si por tu culpa el decae otra vez no te lo perdonare jamás, así que Sharon si tu algún día vas a dejar de algo especial de Gabriel y que lo pueda llegar a afectar te agradecería que te alejes de el-dijo la chica con lagrimas en los ojos, quede petrificada al oír todo aquello, no savia que decir.

-Susi te tengo que aclarar algo, no estoy con tu hermano por que me da lastima estoy con el porque me agrada; somos muy grandes amigos y nunca, escúchame bien nunca lo podría lastimaría-mis lagrimas desbordaron de mis ojos en grandes porciones.

-Lo siento mucho Sharon, pero tenia que decírtelo, no es fácil cuidar de mi hermano, como crees que me siento cuando no esta en casa?, es horrible solo de pensar que le llegue a pasar algo irreparable y que lo aleje de todos nosotros… no podría, jamás me lo perdonaría.

-Si supongo que es un trabajo muy fuerte-le dije a Susi acercándomele mientras le daba un abrazo, estuvimos un rato así, hasta que se rompió el silencio.

-Creo que deberíamos dejar de llorar e irle a hacer compañía a Gabriel, debe estar aburrido además no le gustaría que estuviéramos llorando-dijo Susi limpiándose las lagrimas de la cara.

-Si yo también lo creo.

La velada acabo y me fui a mi casa. Lo primero que hice fue irme directo a la cama estaba muy cansada.

4. Cap. Te amo:

Gabriel y yo seguimos saliendo lo hacíamos muy seguido.

Una tarde que recuerdo como la más feliz de mi vida fue un sábado el cual decidimos pasarlo en el muelle de la playa el se relajaba oliendo el viento que traía el océano mientras yo veía las olas ir y venir, había mucho silencio, era muy raro que estuviera un sábado tan desolado el lugar, ya el sol se escondía el silencio estuvo presente hasta que Gabriel me llamo, yo me encontraba con la cabeza reposada sobre sus piernas:

-Sharon-me dijo Gabriel.

-Si?-Le pregunte yo.

-Tengo que… que enseñarte algo, es muy importante para mi-me dijo un poco indeciso.

-Y que será?-Pregunte incrédula.

Sin más que decir Gabriel se quito los lentes mostrándome sus ojos, eran muy… blancos se diferenciaba una marca un poco mas oscura de forma circular como si ese fuese el iris. Quede tiesa en esa posición, mi cuerpo estaba tenso.

-Lo siento-dijo disculpándose-lo tenia que hacer ya que sin eso lo que te voy a decir no valdría nada.

-Yo… yo no se que decir no estoy contigo por tu apariencia esto contigo porque me agrada estar contigo…

-Shhhhh-me dijo indicándome que hiciese silencio, cerré mi boca y me dedique a escuchar.

-Sharon se que hemos somos muy grandes amigos y se que con esto que te voy a decir podría perderte pero tengo que decírtelo, esto me carcome por dentro no me deja vivir en paz, y ahora que haz visto lo que soy en verdad yo quisiera decirte,-mi corazón palpitaba sin parar sentía que iba a salir por la boca-Sharon, Te amo y quisiera tu me dieras una oportunidad, ahora eres lo mas importante en mi vida y quiero que sepas que con esto te estoy entregando mi corazón y que si no lo aceptas se caerá de mis manos y romperá en mil dedazos, así que, Sharon que dices.

Yo me encontraba ya sentada, a su lado mientras el extendía sus manos con algo entre ellas. Sin nada que decir alargué mis brazos haciendo que mis manos se posaran encima de las suyas, abrí sus manos y con mucho cuidado agarre lo que en ellas tenia, se trataba de un collar y de el colgaba un dije, parecía ser una piedra preciosa, en forma de corazón.

Escuche un gemido provenir de Gabriel y lo mire, estaba totalmente húmedos sus ojos las lagrimas chorreaban por su cara.

-Me haces el hombre más feliz de este mundo, mi corazón siempre te pertenecerá. “TE AMO” SHARON!!!!!!!!!!!!!! -grito con voz de alegría. Yo solo reía, no savia que decir.